La marcha mantiene la media diaria de unas 70 personas, ya que algunas abandonan y otras se incorporan. Entre las incorporaciones de hoy está una antigua compañera de trabajo mía, Carmela Carrasco. Sus abuelos, su padre Manuel Carrasco, y otros ocho hermanos más, también estuvieron en la huída de la carretera de la muerte; ellos eran de Antequera y cuando el frente se acercó allí, huyeron a Málaga, hasta que nuevamente tuvieron que huir esta vez en un éxodo mucho más masivo.
Manuel Carrasco tenía 10 años cuando empezó la marcha y como muchos niñ@s también se perdió; se quedó dormido porque no podía más y cuando despertó había perdido el contacto con su familia; siguió huyendo arrastrado por la marea humana y acabó su marcha en Cataluña, allí, tres meses después, lo encontraron sus padres. Lamentablemente Manuel murió el año pasado y no pudo conocer de esta iniciativa, que seguramente le hubiera, como a tantos sobrevivientes llenado de emoción. Él, también como muchos sobrevivientes no quiso contar a sus hijos lo que le había pasado hasta relativamente hace muy poco tiempo.
La marcha, aparte del cansancio ha sido muy agradable, otra vez con un sol mediterráneo que invitaba al baño, y unos paisajes idílicos. A la entrada en Adra, nos ha recibido primero una pancarta con compañer@s de Izquierda Unida con la leyenda de “MASACRE DE LA CARRETERA MALAGA ALMERIA. NO OLVIDAMOS” y posteriormente nos ha recibido una representación del Ayto de Adra.
Por la tarde hemos visitado el museo marítimo de Adra y los refugios antiaéreos. Allí nos hemos enterado, que el 7 de Febrero, el mismo día que tomaron Málaga, en Adra (porque el frente aún esta muy lejos, estaba celebrando los carnavales y pasó por el pueblo un convoy del ejército republicano que llevaba piezas de aviones para ensamblar en un aeródromo cercano; la gente del pueblo acudió para ver pasar el convoy y cuando las calles estaban llenos de gente, apareció la aviación fascista que ametralló el convoy y a todas las personas que en ese momento estaban en la calle principal de Adra.
Hubo decenas de muertos, aunque no tienen documentación histórica del hecho. Esto nos lo ha contado el técnico de cultura del Ayto, que está gobernado por el PP. Los refugios antiaéreos que hemos visitado están debajo de la torre de la fábrica de plomo que funcionaba en aquella época en Adra, ciudad que además de milenaria, agricultora y pesquera, también fue una incipiente potencia industrial junto con Málaga en la segunda mitad del siglo XIX, fue el Marques de Heredia, industrial asentado en Málaga, quien puso en marcha la fábrica de plomo de Adra.
Mañana seguimos la marcha hasta El Ejido.
La Desbandá
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