LA DESBANDÁ 2023 (7)
Cuarta etapa: Almuñécar-Salobreña
La de hoy es una etapa extraña. Hemos retrocedido en autobús hasta Almuñécar para cubrir los 15 kilómetros que hay hasta Salobreña. La mayor parte del recorrido transcurre por la carretera N-340.
La primera parada de la marcha es en el Parque del Mediterráneo. Allí, un azulejo recuerda La Desbandá. Cada año ese azulejo es víctima de los vándalos, cada año las asociaciones memorialistas la restauran.
El Parque del Mediterráneo ocupa parte de lo que en tiempos fue la finca de La Galera. Allí hubo un edificio donde en torno al año 1947 se torturaba y asesinaba a los detenidos por su desafección al régimen franquista o por pertenecer a las guerrillas.
La columna avanza a buen paso. Hoy se ha sumado gente de Huelva, Córdoba, Motril y otros puntos de Andalucía. En total superamos con creces las 500 personas caminando.
De nuevo la llegada de la columna recibe el saludo de la bandera republicana desde un balcón. La entrada en Salobreña tiene su primera parada frente al Ayuntamiento. Tras unos minutos de descanso avanzamos hasta la desembocadura del río Guadalfeo.
Un sencillo monumento recuerda a los cientos de personas, en su mayoría mujeres y niños, que murieron ahogadas al ser arrastradas por la corriente. En febrero de 1937 el río bajaba crecido. Las cumbres nevadas del Veleta y el Mulhacen fueron testigos del drama.
En el sencillo acto que allí se celebra habla Ana Pomares, superviviente de La Desbandá: «Voy a hacer el camino entero. La otra vez lo hice con los cañonazos, con las ametralladoras arrasando. Esta vez voy a hacerlo hasta Almería con La Desbandá». Ana está a punto de cumplir 95 años y es tajante: «No olvidamos, no perdonamos «.
Junto a Ana está Carmen Negrín, nieta del que fuera presidente del Gobierno de la República, Juan Negrín. «Nos pueden mentir «, dice, «nos pueden decir que no pasó nada, pero nosotros sabemos lo que pasó y hay que recordarlo».
El acto es emotivo y quienes toman la palabra vuelven a recordar que fueron mujeres, niños y ancianos en su inmensa mayoría las 150.000 personas que huyeron de Málaga ante el acoso de las fuerzas fascistas. Sumadas a las de otros lugares llegaron a ser 300.000 los desesperados que se lanzaron a caminar hacia Almería por la ‘carretera de la muerte’.
Lola Sierra, vicepresidenta de la Asociación Cultural La Desbandá hace hincapié en que fueron las mujeres quienes llevaron el peso de ese drama y recuerda que «cuando se habla de fosas comunes se habla siempre de hombres».
La lectura de un manifiesto pone fin al acto. En el texto, el movimiento memorialista exige a las distintas administraciones que cumplan con su deber de memoria. Además, se enuncian como reivindicaciones la creación de un registro oficial y de acceso público de víctimas y desaparecidos en La Desbandá; el levantamiento de un mapa de fosas que incluya rutas por el interior, alejadas de la costa, y la elaboración y ejecución de un plan de exhumaciones; la creación de un centro memorial de la huida de Málaga, y la señalización como lugares de la memoria de todos los espacios vinculados a esos hechos.
Un almuerzo en común y la representación de la obra de teatro ‘Nacional 430’ a cargo de Physical Collage han cerrado la etapa que hasta el momento ha reunido a más personas.
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