LA DESBANDÁ 2023 (10)
Sexta etapa: Castell de Ferro-La Rábita
El día comienza con una mala noticia. José Antonio Berenguer, uno de los compañeros de la organización de la VII Marcha de La Desbandá, sufrió anoche un infarto cuando fue a dormir a su casa, situada en uno de los municipios de la ruta. Como fue atendido a tiempo, ahora está fuera de peligro, dentro de la gravedad de lo que ha sufrido, claro.
Las nubes cubren la mayor parte del cielo y antes de partir hacia La Rábita caen algunas gotas. Además, hace viento. En fin, un panorama metereológico muy distinto al de las jornadas precedentes.
Aunque la huida de Málaga y alrededores ante el avance de las tropas fascistas a sangre y fuego comenzó el 6 de febrero, fue el día 7 cuando el éxodo alcanzó proporciones bíblicas. 300.000 personas se echaron a la carretera para, andando, alcanzar Almería, que era zona republicana, y poner a salvo sus vidas.
Dejamos atrás Castell de Ferro, donde las fuerzas republicanas lograron parar el avance de los facciosos. La bandera republicana nos despide desde un balcón. Unos metros antes ondea en la azotea de un edificio de viviendas. El primer tramo de la etapa discurre pegado al mar, que hoy ruge.
Ya en la carretera, al pasar por una explotación agrícola, una mujer se acerca a la columna y nos regala pepinos para la comida. En La Mamola, lo que hasta hace un momento era un chispeo se convierte en lluvia con todas la de la ley, lo que nos obliga a ponernos a resguardo.
En la Cuesta del Marroquín es donde Basilio Lukianoff ‘El Ruso’ tuvo la que con seguridad fue una de las experiencias más impactantes de su vida. Contó en su día que había visto a la muchedumbre desesperada que huía de Málaga. «Eran sobre todo familias que arrastraban niños y ancianos, eran miles y miles, llenando la carretera de un lado a otro y caminando de noche, aprovechando la luna llena», explicó Basilio.
Entre las muchas historias que se cuentan de hechos sucedidos en La Rábita, está la de una mujer que parió debajo de un puente. El parto salió bien. De inmediato envolvió a su recién nacido con una manta y siguió camino. Una de las veces que fue a amamantarlo, se dió cuenta de que el bebé no estaba en la manta. Desesperada, intentó retroceder para buscarlo en una carretera ya colmatada de gente que huía. No pudo ir hacia atrás, la muchedumbre era un muro infranqueable, y ella, arrasada de dolor, se desplomó y quedó en el suelo.
En el alto en la Cuesta del Marroquín, la poeta Silvia Delgado, que participa en la marcha, lee el poema ‘Entre el yugo y el salitre ‘, del que es autora, y continuamos hacia La Rábita, núcleo costero que pertenece a Albuñol. Terminada la etapa, Ana Pomares, que hoy cumple 95 años, recibe el homenaje y las felicitaciones de todo el grupo. Más tarde, la Asociación Sociocultural La Desbandá celebra su asamblea anual ordinaria.
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LA DESBANDÁ 2023 (11)
Los voluntarios
Caminar con La Desbandá no es caminar en un tour organizado por una empresa de senderismo. El camino exige compromiso, en primer lugar, con quienes hace 86 años se vieron empujados por el terror a echarse a la carretera que unía Málaga con Almería. Compromiso con la memoria de aquellos hechos para que no caigan en el olvido. Y compromiso con los compañeros y compañeras de la Asociación Sociocultural y Club Senderista La Desbandá que con su entrega absolutamente altruista hacen todo lo que está en su mano (y lo que no, también) para que la marcha sea una feliz realidad.
Los voluntarios son personas que nos cuidan, nos guían, nos dan de comer, nos curan, nos orientan o nos recogen en un coche escoba cuando fallan las fuerzas.
Los voluntarios son ejemplo de entrega y militancia en unos tiempos en los que el trabajo desinteresado para los demás no pasa por sus mejores momentos y a menudo incluso está mal visto en la sociedad del paradigma neoliberal del tú a lo tuyo y el sálvese quien pueda.
Quien piense que para caminar en La Desbandá lo que ha contratado es una especie de tour de ‘experiencias’, para usar la terminología del mercado de la industria turística, se equivoca.
La Desbandá es un proyecto colectivo que hunde sus raíces en el esfuerzo y el compromiso. Es por eso que en cada paso, en cada traspiés, en cada agujeta, en cada yaga y en cada gota de sudor nos interpela y nos pregunta qué podemos aportar cada uno de nosotros para que crezca.
La Desbandá son, sobre todo, Lola, Julián, Berenguer, Rodri, Santiago, Luis, David, Manolo ‘Teniente’, Pita, Gregorio, Pepe, Isidoro, Rafael, Pilar y tantas personas voluntarias que empujan la historia hacia adelante y con sus actos hacen honor a lo que escribiera Bertold Brecht:
O todos o ninguno.
O todo o nada.
Uno solo no puede salvarse.
O los fusiles o las cadenas.
O todos o ninguno.
O todo o nada.
La Desbandá
Ya puedes hacerte socio de de la Desbandá.